Fuente: CCAES
PROTOCOLO DE ACTUACIÓN DE SANIDAD PAR ALOS CASOS DE PACIENTES CON ÉBOLA EN ESPAÑA
Por su rigurosa actualidad publicamos a continuación el protocolo de actuación en casos de pacientes con ébola. Aunque desde ITEL percibimos dos contradicciones técnicas, lo publicaremos tal cual ha sido aprobado.
El protocolo marca un estricto control de residuos, limpieza y desinfección
El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad dispone de un procedimiento de actuación ante posibles casos de ébola en territorio nacional que podría aplicarse en el caso del religioso español Miguel Pajares que ha sido infectado por el virus en Liberia y que el Gobierno español ha ordenado repatriar.
Las medidas que marca el protocolo incluyen el traslado en una ambulancia especialmente equipada, y estrictas normas de limpieza, desinfección y control de residuos en los centros sanitarios de ingreso para evitar el contagio.
El procedimiento sanitario, que se consensuó con los responsables de alertas sanitarias de las comunidades autónomas y acordó en la Ponencia de Alertas en la cual participan los responsables de todas las autonomías, tiene como objetivo garantizar la detección y el diagnóstico precoz de un posible caso de Enfermedad por Virus de Ebola (EVE) «con el fin de adoptar de manera inmediata las medidas de control adecuadas para evitar la aparición de casos secundarios».
Traslado en una ambulancia especialmente equipada
Según el procedimiento sanitario, el paciente es trasladado en una ambulancia especialmente preparada y cuyo personal porte el equipo de protección personal adecuado a una zona de aislamiento estricto en un centro sanitario equipado convenientemente.
Los centros con unidades y profesionales especializados en tratar la enfermedad del ébola se encuentran en el Hospital La Paz de Madrid y en el Hospital Clínic de Barcelona.
Dado que no existe un tratamiento específico para el ébola, cuando se tiene sospecha de un caso se inicia tratamiento intensivo de soporte del paciente.
Para ello, según el protocolo, están contraindicadas las inyecciones intramusculares, la ‘Aspirina’, los antiinflamatorios no esteroideos y las terapias anticoagulantes. Esto es para minimizar el uso de procedimientos invasivos y fármacos que puedan provocar el sangrado excesivo del paciente.
Limpieza y control estricto de los residuos
Para la atención de este tipo de enfermos se extreman las medidas de precaución con los materiales utilizados y de control de residuos. Así, el personal de limpieza del hospital y los manipuladores de ropa deben usar el equipo de protección individual adecuado al manipular o limpiar el material o superficies potencialmente contaminadas.
Las superficies, los objetos o equipos contaminados deben ser desinfectados con un desinfectante de uso hospitalario o con una dilución de 1:100 de hipoclorito sódico (lejía) de uso doméstico.
La ropa contaminada debe ser incinerada, tratada en autoclave, o colocada en doble bolsa con cierre hermético en el lugar de lavado y lavada urgentemente en un ciclo normal de agua caliente con lejía.
En el caso de posible contacto con el enfermo, el protocolo diferencia entre contacto estrecho o de alto riesgo, y el contacto casual o de bajo riesgo, que es quien ha coincidido en un mismo espacio con un paciente sintomático pero sin contacto físico directo con él ni con sus fluidos corporales.
Contacto físico directo
Si ha habido contacto físico directo con un paciente sintomático o con su sangre, orina o secreciones, o con sus ropas, ropa de cama o fómites contaminados con sangre, orina o fluidos del paciente, si ha atendido al paciente o manejado sus muestras sin las medidas de protección correctamente utilizadas (contactos familiares, enfermeros, personal de laboratorio, de enfermería, de ambulancia, médicos y otro personal) se pone en marcha una vigilancia activa supervisada durante los 21 días posteriores a la última fecha de exposición posible a la infección.
También se considera de alto riesgo quien ha tenido contacto con cadáver de persona fallecida por ébola o ha tenido contacto con un animal infectado con el virus, su sangre, fluidos corporales o su cadáver. A ellos se les aplica el mismo protocolo.